Inicio este blog con
los recuerdos de mis los primeros pasos en la
programación de computadoras.
A prinicipios de los 70, en Caracas y Valencia se
establecieron muchas academias para preparar programadores y analistas de
sistemas en especial para las máquinas IBM. Conocí a un joven de 19 años,
Felipe Castellanos, a quien con mis 11 años le pregunté sobre lo que estaba
estudiando y me contestó que era algo que había que “hecharle coco”. Algo que me comentó que siempre recuerdo es que a las clases de programación de estas academias se debía asistir obligatorimente de paltó y corbata. Presencia y ética profesional.
Años después, en mi último año de bachillerato, en 1977, el
profesor de Física era un exalumno de Ingeniería en Telecomunicaciones que
había viajado a España, y no concluyó sus estudios y se dedicó a la docencia
por un tiempo. En esos le pregunté
cómo funcionaba una computadora y me respondió que se debía a las
“vibraciones”. No le entendí, luego, años después comprendía que se refería a la oscilación (frecuencias) de las distintos tipos
de cápsulas metálicas (diodos), un oscilador completo, que por medio de la aplicación de tensiones como de 5
voltios generan la señal, por ejemplo: 20 MHz. Y esto es la parte principal del hardware de un computador.
Siempre me llamó la atención lo de la computación, mi
hermano Voloyka me había comentado a principios de los ochenta que la
computadora sustituiría el trabajo de los técnicos e ingenieros. Supongo que
era porque en la época proliferaban los programas de ciencia-ficción donde la “computadora”, ese cerebro
electrónico era quien daba las órdenes y hasta de forma perversa controlaba a
los humanos. Mi primer encuentro con la
computadora fue con una terminal en el Centro de Cálculo de la Universidad de
Carabobo, a principios del año 78. Era un ensayo de evaluación computarizada,
donde debía responder ante la pantalla una serie de preguntas sobre química,
matemática y física. Debía realizar el
ejercicio en papel y dar la alternativa correcta.
Luego que deje los estudios
de Ciencias en Química de la Carabobo, me dediqué a pensar que podía estudiar. Era
el año de 1979, y la Universidad Nacional Abierta comenzaba sus actividades y
me decido a inscribirme para estudiar Ingeniería de Sistemas. En 1980, en el segundo
semestre, nos mandan a realizar un trabajo práctico. El cual realizó en una
empresa de servicios informáticos en Acarigua. Mi hermano Voloyka me acompaña a
perforar como unas cien tarjetas con las instrucciones de un
programa elaborado en FORTRAN. Solamente eso nos prestó la empresa, la
facilidad de usar la máquina perforadora y sus tarjetas. El conjunto de tarjetas lo envié a la UNA en
Carcasa y bien con eso aprobé mi asignatura de Computación I.
En 1983 me animo y realizó un curso de COBOL Básico en el
ENIAC, un instituto de formación de programadores ubicado en el Edif. Don
Pelayo en Valencia, regentado por la familia Machado. Con ellos tuve mi mayor interacción con las
computadoras, allí utilicé un computador Radio Shack Tandy, con diskettes de 8 pulgadas. Este curso fue mi primera formación en programación interactiva que me sirvió
como estímulo para comenzar a explotar las posibilidades de un micro Apple II que
la Universidad “Ezequiel Zamora” había
adquirido en ese mismo año. Siendo estudiante de la UNELLEZ (estudiaba dos
carreras, una en la UNA y otra en la UNELLEZ) opto por la oportunidad de ser preparador de la
asignatura de Introducción a la Computación, bajo la dirección de la profesora María Teresa Lleras, y así en 1984, comencé a trabajar formalmente
como programador y analista de sistemas, cargo que ejerzo por trece años en la misma universidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario